miércoles, 23 de septiembre de 2009

I am The World


En los últimos años cada vez ha ido en crescendo las tensiones sociales y políticas, embargándonos en un clima de tirantez general. La crisis económica, los conflictos bélicos, la hambruna, las condiciones sanitarias, la inseguridad, los movimientos migratorios, cambios políticos, corrupción, descuido del medio ambiente…

Todo esto me hace pensar, ¿Qué estamos permitiendo nosotros/as para que esto suceda? ¿Qué estamos haciendo nosotros/as para que estas situaciones se vuelvan cotidianas? ¿Cómo vivimos nuestro día a día para que las decisiones tomadas por nuestros dirigentes nos afecten sin participar en ellas?

El siglo XX fue una época de cambios radicales, de vivencias de progreso, nacimiento y desplomes de muchas ideas provenientes de un absolutismo aberrante así como asentamiento de las bases de una democracia, pacto social y alce del estado del bienestar. Hoy vemos casi 10 años de finalización del siglo de los grandes cambios, estamos volviendo a los ataques a la libertad de expresión, a la trivialización los derechos humanos, a la coerción de las facultades profesionales y a la prostitución de la libertad por intereses personales queriendo cimentarlos en el derecho a una vida digna aprovechándose de programas y acontecimientos socio - económicos y políticos en boga, donde buscan un beneficio mercantil.

Nuestros aquelarres prepotentes están enfocados a ver quien tiene la razón en vez de buscar una solución conjunta, los políticos discuten, no conversan, controlan una soga que tiene un duelo continuo buscando que el pañuelo se deslice hacia su lado para poder forjar un paisaje que pocas veces incluye la generalidad sino la individualidad escueta y ajena de una realidad que progresa constantemente hacia la impasible historia que coexistimos y protesta en aras de la flamante libertad.

La democracia, es aquel sistema de gobierno, en el cual la soberanía del poder reside y está sustentada, en pueblo. Es éste, por medio de elecciones directas o indirectas, quien elige las principales autoridades del país. Asimismo, es el pueblo, quien puede cambiar o ratificar a estas mismas autoridades, elecciones populares, pero...
¿Qué pasa cuando ya están en el nuestros órganos de gobierno?
Los idealistas convencidos, y les llamo idealistas con el amplio sentido de la palabra de defender un mundo ideal, se les tacha de poco realistas, porque conviene tal apelativo. Los fervientes seguidores de las pautas dictadas por su partido, creo que son de los más peligrosos, porque creo que no emprenden un debate interno sobre lo que piensan sino que presentan opiniones y decisiones de otros siguiendo el patrón de la obediencia. Los que utilizan la política como trampolín para sus antojos personales, usan la demagogia para calentar el ambiente y para manipular a las personas a su favor. Los que sus propuestas sirven para una mejora social pero implican un gasto económico fuerte, no son ni escuchados, son oídos en el púlpito hasta desestimar su validez e inconveniencia…
¿que hacemos al respecto?

Pienso que hay que creer, pienso que hay que exigir un cambio de paradigma y un comportamiento de respeto de cara al pueblo que les eligió, y hay que exigirles que conversen y busquen un bien común real no que caldeen el ambiente, pierden credibilidad.

Soy una ferviente defensora de la democracia, pero de la democracia real, la cual implica que mi voto tenga sentido y tenga peso para construir una sociedad ambigua, diversa y viviente, una sociedad que va cambiando y adaptándose para evolucionar y solucionar los problemas que van surgiendo o que venimos arrastrando. Creo que es injusto para la historia que dejemos de seguir luchando por conservar la democracia y convertirla en muchas pequeñas autocracias personales.

La educación es una herramienta para el cambio, y curiosamente la calidad y la inversión en ella es directamente proporcional a la situación de los países, a su manejo y conservación de su propia cultura y al desarrollo del bienestar social, económico y político, así como al respeto de los derechos de libertad y de expresión.

Pensar es insuficiente, analizar es controversial, el actuar lo atacan vomitando una verborrea superficial. Buscan el control en vez del desarrollo, del impulso, de la motivación para la independencia como personas pensantes y con amplia e increíble capacidad de decisión y acción. Intimidan con las posibles consecuencias de hacerlo, siempre y cuando no les convengan, y todos miramos en otra dirección.

¿Hacia donde miras tú?
No importa la dirección mientras sea lo que tu quieres y estés convencido de ello, no importa si esto te permite tener la libertad de expresarte, de vivir y de sentir buscando un bien común y un respeto mutuo, no importa mientras hagas moverse tu gran planeta personal conformado por tus inquietudes, anhelos, deseos, metas, objetivos que se relacionan con tu entorno personal y profesional, pero mira, no dejes que nadie te diga hacia dónde tienes que mirar, decide tú.
Piensa desde lo mas profundo de tu corazón.

Hay una frase de un autor desconocido que lleva escrita en la pared de mi cuarto desde los 15 años, y me recuerda la importancia de ser congruente acorde a mis inquietudes y mi manera de ver el mundo, la cual me ha impulsado a hacer muchas cosas extraordinarias para mí y alentarme para involucrarme en mi lucha personal contra la rigidez, lo antagónico y la defensa de un mundo conspicuo acorde con mi manera de sentirlo y de visualizarlo.

“Si no vives como piensas, acabarás pensando como vives”

Atrévete a conocerte y hazlo lo mejor que puedas........así podrás ser congruente con tus emociones y afanes y hallarás en ti a un extraordinario ser, que no se comparará con nadie, porque nadie puede compararse contigo, eres único/a, formas parte de la historia, tu historia personal es una parcela del presente y futuro que otros/as leerán cuando ya no estés, decide como quieres ser recordado y construye tu propia leyenda, decide cómo quieres que los demás se expresen de ti y no disipes tu importancia dejando que otros lo concluyan, como dijo Allan Poe, “Con mi poesía no he tenido un propósito, sino una pasión”, haz de tu vida tu propia pasión, no te adules, admírate.


Tu vida te pertenece, recuerda que el mundo eres tú.


Lau