viernes, 10 de julio de 2009

De todas maneras

El otro día analizando mis cavilaciones, me di cuenta que en ocasiones dedico un porcentaje mas amplio de mis pensamientos enfocado en los demás mas que en mí misma. ¿Qué piensan? ¿Qué sienten? ¿Qué opinan? ¿Qué pensarán? Ufff es agotador.

Creo que el ser persona y humana, en un mundo tan domesticado hacia lo políticamente correcto e incorrecto, dedicado a opinar sobre cómo viven la vida los demás, cómo se expresan, cómo y qué deciden… a veces no es facil, la opinión de determinadas personas tienen un impacto importante en nosotros, especialmente la opinión de las personas que nos importan, admiramos o nos agradan. Creo que en parte es normal preocuparse por la opinión de uno mismo expresada por otros… ¿pero que pasa cuando decido vivir mi vida sin importarme la opinión de los demás? ¿Qué pasa cuando no estoy de acuerdo con el protocolo social, especialmente el tradicional, y no sigo esos códigos? Preparémonos para una lluvia de críticas, de alejamiento social incluso y para estar en el punto de mira… es el deporte nacional…

Tengo la costumbre de aislarme de vez de cuando, de estar conmigo misma y mis pensamientos, mis emociones, analizando mi presente y trazando mi estrategia hacia mis metas, me siento muy cómoda, examino, considero, busco mi felicidad y el ser congruente con mis emociones, sentimientos y mis palabras. Cuando soy congruente, todo fluye, estoy relajada, tranquila, feliz, cuando hago algo que no es congruente conmigo y lo es con los demás me intenso, me agobio, me estreso, me incomoda y además ¡me agota! Realmente es agotador.

Cuando yo no soy la protagonista de mi vida, significa que alguien más lo esta siendo, por lo que yo tengo un papel secundario en ella. Dejo de ser la directora de mi historia, dejo de ser la actriz principal y les cedo mi estrellato a otros.

No creo que las personas lo hagan con malicia, sino que creo que cada personas juzgamos a los demás o su comportamiento de acuerdo a nuestros valores, a nuestra manera de ver la vida, a nuestras metas, a lo que nos gusta en definitiva, y cuando otra persona actúa o dice algo que no nos gusta entonces hablamos o criticamos u opinamos e incluso nos enfadamos, pero ¿Con quien realmente? ¿Con ella o con nuestro ego? ¿Por qué? Porque nos enfadamos con nosotros porque no han sucedido las cosas como nosotros queremos, acorde a nuestro código de conducta o acorde a nuestra opinión… no podemos controlar la vida de los demás, porque entonces no les pertenecería a ellos.

En ocasiones me he sentido estresada porque sabía que me estaban observando o juzgando o así me he sentido, quizás era el cuento que yo me contaba, quien sabe, pero eso ha sucedido cuando he dejado de confiar en mí misma y lo peor de todo, estaba tan pendiente de agradar a la persona que tenía delante que me olvidaba de lo que yo quería.

Hace pocos meses me encontré en esa situación en el ámbito laboral. Dejé de confiar en mi, dejé de buscar mi propia verdad y mi congruencia, porque me dejé intimidar y decidí vivir en el miedo. Cuando indagué en mi felicidad, cuando indagué en mis metas, cuando indagué en las consecuencias de vivir la vida como los demás pensaban que debía vivirla… exploté. Me agobié, me deprimí, me volví irascible, es decir, víctima de mí misma, dejaba que los demás decidiesen y opinasen sobre mí. Cuando decidí que eso se acababa y decidí dejar de ser víctima, entonces todo empezó a cobrar sentido, todo empezó a rodar, volví a disfrutar sin presiones y con libertad, la diferencia fue mi actitud, decidí volver a ser yo.

Me gusta ser congruente con mi vida, me gusta ser yo misma, me gusta aprender, me gusta conocer, pero también soy consciente que no a todo el mundo le voy a gustar, ¿y? Creo que la amigabilidad es uno de los mayores enemigos del ser humano. Una cosa es ser amigable y otra muy distinta querer agradar a todo el mundo.

Yo decido agradarme a mi misma, y siendo yo y congruente, encuentro a mis amigos, pareja, familiares y estoy de acuerdo y en desacuerdo, pero lo mas importante es el respeto que nos tenemos a nuestras ideas y forma de vida, porque no queremos controlar la vida de los demás, opinamos si nos piden consejo, pero al fin y al cabo la vida es nuestra. También implica el decir no o decir adiós a otras personas que no concuerdan con nosotros o no respetan nuestras decisiones. Un adiós a tiempo es una esperanza en el futuro y una tranquilidad también.

Os comparto una poesía que tengo colgada en la pared de mi casa desde que tengo 16 años, me la regaló un poeta callejero en las Fiestas del Pilar, se que no es de él, pero no me importa, cada día que la leo me hace ser mejor conmigo misma, y por consiguiente con los demás.


“La gente es irrazonable, ilógica y egocéntrica. De todas maneras, me gusta.
Si haces el bien, la gente te acusará de motivos ocultos interesados. De todas maneras, haz el bien.
Si eres afortunado, ganarás falsos amigos y verdaderos enemigos. De todas maneras, prospera.
El bien que hagas hoy será olvidado mañana. De todas maneras, haz el bien.
Honestidad y franqueza te hacen vulnerable. De todas maneras, se honesto y franco.
Lo que hayas construido durante años, puede que sea destruido en una noche. De todas maneras, construye.
La gente necesita ayuda de verdad, pero te pueden atacar si tú los ayudas. De todas maneras, ayúdalos.
Ofrece al mundo lo mejor que tienes y no te lo reconocerán.
Ofrece al mundo lo mejor que tienes, de todas maneras”



1 comentario:

Tatikto dijo...

Me encantó esta entrada Fiera....

De verdad cuando vas por la vida siguiendo las pautas de otras personas es la manera mas fácil y rápida para dirigirte a la insatisfacción e infelicidad...

Suzuki decía: Soy un artista del vivir, mi obra de arte es mi vida...

Creemos entonces obras maestras y cuando llegue el momento de mirar para atrás digamos WOW... esa fué si fué una vida...

Un beso

Tatiana...